Mercedes-AMG SL 63 4MATIC+: descapotable deportivo a todo lujo

El primer Mercedes SL fue el legendario «alas de gaviota», que debutó en los circuitos con motivo de las 24 Horas de Le Mans de 1952, donde se alzó con un triunfo que repetiría en la Carrera Panamericana de ese mismo año. En 1954 salió al mercado como coche de serie y hoy en día, los 300 SL Gullwing (alas de gaviota en inglés), alcanzan precios de venta que superan el millón de euros. El Mercedes-AMG SL es la séptima generación de los SL y la primera de la historia que no es Mercedes-Benz. Es Mercedes-AMG. A pesar de su imagen coupé, es un coche bastante grande. Mide 4,71 m de longitud, 1,92 metros de anchura y 1,36 m de altura. Solamente tiene dos plazas digamos normales y otras dos un poco más pequeñas. Es lo que se conoce como una configuración 2+2. Tiene un techo de lona que se puede abrir y cerrar en 15 segundos, tanto en parado como en movimiento, a velocidades de hasta 60 km/h. El techo tiene varias capas y material aislante e insonorizante. El proceso de capotado y descapotado es completamente automático. Para el diseño de este nuevo SL, Mercedes dice que se ha inspirado en algunos detalles del 300 SL de 1952. El alerón, que va integrado en la tapa del maletero, es desplegable. A partir de 80 km/h lo hace automáticamente y puede colocarse en cinco posiciones distintas, en función de una serie de parámetros. También puede desplegarse de forma manual para limpiarlo. El motor del SL 63 probado, que es la versión tope de gama, es un gasolina de 8 cilindros en uve o V8, con 4,0 litros de cilindrada. Está sobrealimentado por dos turbocompresores, acoplados a intercoolers para enfriar el aire comprimido por los turbos antes de la admisión. Proporciona una potencia máxima de 585 CV, que ya están disponibles a 5.500 rpm y se mantienen hasta las 6.500 rpm. El propulsor tiene un punto artesanal y está firmado por la persona que lo ha montado. El cambio es automático de nueve velocidades y cuenta con la función Race Start, salida de carreras en inglés. Tras el volante hay unas levas que permiten realizar los cambios de marcha en modo manual-secuencial. Los SL siempre han sido de propulsión trasera, pero ahora las dos versiones más potentes cuentan con la tracción integral 4MATIC+. El eje trasero es direccional, con un ángulo de giro máximo de 2,5 grados para las ruedas. Esto aumenta la capacidad de giro y la rapidez de respuesta al volante. El SL 63 pesa casi 2 toneladas, pero puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y alcanzar los 315 km/h. El consumo combinado homologado por Mercedes-AMG es de 12,6 L/100 km y en nuestra prueba, con más de 1.000 km realizados y bastante autovía, el consumo medio ha sido algo mejor, con 12 L/100 km. El maletero no es muy grande. Con el coche capotado tiene 240 L de capacidad. Pero si descapotamos el coche, como la capota ocupa una pequeña parte del maletero nos quedamos en 213 L de capacidad. Bajo el piso del maletero hay un hueco para objetos, aunque no se dispone de rueda de repuesto, tan solo hay un kit para reparar pinchazos. El Mercedes-AMG SL no tiene un interior demasiado amplio. Las plazas delanteras son bastante cómodas, pero las plazas traseras son, en teoría, para personas de hasta 1,50 m. Es decir, valen para niños y para adultos que no sean muy altos y trayectos no demasiado largos, sobre todo si vamos capotados. Descapotados todavía hay un poquito más de espacio. El acceso a estas plazas traseras se facilita por un mecanismo eléctrico que desplaza los asientos delanteros hacia delante cuando se pliegan los respaldos. A pesar de todo no hay mucho espacio de paso y si el coche está capotado el hueco de entrada es pequeño. El interior combina lujo y dinamismo, con una tapicería de exquisito cuero, un estupendo equipo de sonido de la marca Burmester y un sistema de navegación con funciones de realidad aumentada. La pantalla central del sistema de infoentretenimiento tiene 11,9” y está en una disposición vertical. Podemos cambiar la inclinación de esta pantalla a voluntad. La pantalla del cuadro de instrumentación es de 12,3 pulgadas y, a diferencia de la que tienen casi todos los modelos recientes de Mercedes-Benz, va protegida por unos parasoles laterales. El comportamiento del coche es soberbio. Combina como pocos la deportividad, el confort de marcha y la elegancia en sus trazadas. El SL 63 derrocha potencia y prestaciones, pero se puede utilizar sin problemas en el día a día como único coche de la familia, siempre que sean como máximo 2 adultos y 2 niños. Como es habitual en los productos de la marca, hay una larga lista de opcionales, con elementos muy exclusivos y precios en consonancia. El SL ya era un icono deportivo del siglo XX y ahora lo es del XXI. El SL 63 es una máquina extraordinaria, que además ofrece lujo y exclusividad, pero todo esto tiene un precio que se acerca a los 220.000 euros. Suscríbete a La 7 motor tv 👉 https://cutt.ly/CjuNeYq

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *