El C-HR destaca por su dinámica imagen que queda realzada por sus cortos voladizos y sus grandes llantas de 18” de diámetro. Tiene una longitud de 4,36 metros y una altura de 1,56 m, que no es mucha para tratarse de un SUV. La aerodinámica del C-HR no es tan buena como la afilada imagen y este alerón posterior parecen sugerir. El coeficiente de penetración aerodinámica Cx supera el 0,30, se queda en 0,32.
El actual C-HR está disponible con tres motorizaciones híbridas gasolina-eléctrica, dos no enchufables, que se identifican con las siglas HEV y se denominan 140H y 200H, y una enchufable o PHEV, que es la 220PH.
El sistema de impulsión híbrido no enchufable de los C-HR es la quinta generación de la tecnología Hybrid de Toyota y cuenta con mejoras en el motor eléctrico y con una Unidad de Control del Motor (PCU) que ha sido rediseñada y es más compacta. Con esta tecnología híbrida no enchufable o HEV el coche recibe la etiqueta medioambiental ECO.
La batería que alimenta el motor eléctrico es de iones de litio. Ahora es más pequeña, ligera y potente. Ofrece mejores prestaciones y contribuye a disminuir los consumos de combustible.
En la versión 200H el motor de gasolina es un 4 cilindros de 2 litros de cilindrada con inyección mixta directa e indirecta, que proporciona 152 CV de potencia máxima. Junto al motor de gasolina, también en posición delantera-transversal, tenemos el motor eléctrico, que ofrece una potencia máxima de 113 CV.
La potencia total conjunta de los dos motores, el gasolina y el eléctrico, en el C-HR 200H es de 197 CV y se traslada a las ruedas delanteras por medio de un cambio automático de engranajes planetarios. Este tipo de cambio tiene múltiples marchas y la particularidad de que si pisamos el acelerador con decisión, el motor sube de vueltas de forma más rápida de lo que el coche va ganando velocidad. Durante unos segundos no van acompasados el régimen del motor y los desarrollos del cambio.
Con un peso que supera la tonelada y media, el coche puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,1 segundos, una buena cifra aunque podría ser mejor con la potencia anunciada. La velocidad máxima es de 180 km/h.
El consumo combinado homologado es de 4,8 L/100 km. En entornos urbanos y semi-urbanos es fácil conseguir esa media de consumo, pero en autovía con altas velocidades mantenidas durante muchos kilómetros el consumo sube a cifras en torno a los 6 L/100 km. En nuestra prueba, con 1.350 km realizados, la mayor parte de ellos en autovía a ritmos dinámicos con dos pasajeros y equipaje, el consumo medio ha sido de 5,5 L/100 km.
El interior del C-HR ofrece cuatro plazas de razonable amplitud para adultos y una quinta central trasera bastante más incómoda.
Un detalle que se agradece es que los mandos del sistema de climatización son físicos y fáciles de utilizar.
El cuadro de instrumentos es una pantalla digital de 12,3 pulgadas, que son 31,2 cm en la diagonal. En el centro del salpicadero y ligeramente inclinada hacia el conductor tenemos la pantalla del sistema de infoentretenimiento que tiene también 12,3 pulgadas.
El maletero tiene una capacidad de 364 L, que está entre las más reducidas del segmento.
El C-HR ofrece una marcha particularmente suave y bastante silenciosa a velocidades contenidas. Al aumentar el ritmo de marcha la cosa cambia y el aislamiento acústico del habitáculo es mejorable.
Esta versión ofrece buenas prestaciones y unos consumos correctos. El esquema de suspensiones es bastante clásico y funciona bien, con un acertado compromiso entre eficacia y confort de marcha. Dirección y frenos cumplen bien con su trabajo.
El conductor puede elegir entre tres modos de conducción ya ajustados: Sport, Normal y Eco, y uno personalizable: Custom. Hay además un botón EV en la consola central que, al pulsarlo, fuerza en lo posible la marcha en modo eléctrico.
El precio del Toyota C-HR 200H Advance es de 34.000 euros.
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